Callos y callosidades

Los callos y callosidades son áreas de piel engrosada que se desarrollan para proteger esa área de la fricción. Ocurren cuando algo se frota repetidamente contra el pie o causa un exceso de presión en un sitio del pie. El término callo se usa comúnmente si el engrosamiento de la piel ocurre en la parte inferior del pie, y si el engrosamiento ocurre en la parte superior del pie (o dedo del pie), se llama callosidad.

Los callos y los callos no son contagiosos, pero pueden volverse dolorosos si se tornan demasiado gruesos. En personas con diabetes o circulación disminuida, pueden provocar problemas más graves en los pies.

Los callos a menudo ocurren cuando un dedo del pie roza el interior de un zapato. La presión excesiva en la punta de los pies, común en las mujeres que usan tacones altos con regularidad, puede hacer que se desarrollen callosidades en la punta de los pies.

Las personas con ciertas deformidades del pie, como el pie cavo, los juanetes y dedos en martillo, son propensas a tener callos y callosidades.

Los callos y callosidades suelen tener una apariencia áspera y opaca. Pueden estar levantadas o redondeadas y pueden ser difíciles de diferenciar de las verrugas. Los callos o callosidades a veces causan dolor.

Si los callos o callosidades causan dolor e incomodidad o inhiben su vida diaria de alguna manera, consulte a un podólogo. Además, las personas con diabetes, mala circulación u otras enfermedades graves deben acudir a una revisión de los pies.

El podólogo realizará un examen completo de sus pies. Se pueden tomar radiografías; Es posible que su podólogo también quiera inspeccionar sus zapatos y observarlo caminar. También tomará un historial médico completo. Los callos y callosidades se diagnostican según la apariencia y la historia.

Si tiene callos o callosidades leves, su podólogo puede sugerirle que se cambie los zapatos y / o que le agregue almohadillas y en algunos casos plantillas. Los callos y callosidades más grandes se reducen (hacen más pequeños) de manera más eficaz con una cuchilla quirúrgica. Un podólogo puede usar la cuchilla para afeitar con cuidado la piel muerta y engrosada, directamente en el consultorio. Y por lo general es un procedimiento indoloro.  Es posible que se requieran tratamientos adicionales si los callos reaparecen.

La cirugía puede ser necesaria en los casos que no responden al tratamiento conservador.

Los callos y callosidades son áreas de piel engrosada que se desarrollan para proteger esa área de la fricción. Ocurren cuando algo se frota repetidamente contra el pie o causa un exceso de presión en un sitio del pie. El término callo se usa comúnmente si el engrosamiento de la piel ocurre en la parte inferior del pie, y si el engrosamiento ocurre en la parte superior del pie (o dedo del pie), se llama callosidad. 

Los callos y los callos no son contagiosos, pero pueden volverse dolorosos si se tornan demasiado gruesos. En personas con diabetes o circulación disminuida, pueden provocar problemas más graves en los pies.

• Use zapatos que le queden bien. Si tiene alguna deformidad en el dedo del pie o el pie en general, hable con su podólogo para averiguar qué zapatos son los mejores para usted.
• Las inserciones de almohadillas de gel pueden disminuir los puntos de fricción y la presión. Su podólogo puede ayudarlo a determinar dónde pueden ser útiles las almohadillas.

Información extraída, traducida y modificada de la página oficial de American Podiatric Medical Association: https://www.apma.org/corns